viernes, 18 de junio de 2010

Regresando a las andadas, desde Vallejo Ca.

Vuelve a las andadas este monstruo que además de feliz es cagón. Mi último post fue desafortunado, me encontraba en un momento de profunda melancolía, anarquía y desilusión general. Desde entonces, es decir hace como 8 meses, no escribía nada para el blog y fue como olvidé mi antiguo usuario y contraseña. Al noveno mes, nació esta nueva criatura, de mismo nombre para no desorientar a la raquítica y siempre bien apreciable audiencia, en el que me dispongo a contar sobre lo que sucede y pienso, situado en una plurirrealidad fulgurienta ombligueada en Vallejo, California.

Como dice una canción de Camera Oscura Let´s get out of this country, me fui del rancho... para llegar a un rancho pior.
Pero al menos llego con más esperanzas y comodidades que las veces anteriores en los veranos canadienses. Acá vivo con mi tío Rogelio, mi tía lupita y unas tres docenas de niños inaguantables, adorables y ahorcables también porqué no.

El lunes visitamos la Jelly Belly factory, seguro la conoces hacen frijolitos de gomitas de todos los colores y sabores, no es para presumir pero probé uno sabor bugger, así es, de moco. Lo único que puedo decir es que después de constatar que el sabor era genuino, apacigüé mi curiosidad a sarta de chingadazos mentales y desistí de probar el sabor vomitada.
Sinceramente recuerdo haberme divertido más en mi visita a la marinela en mi infancia, al menos allá te daban una bolsa llena de gancitos y pingüinos, y no una mini bolsita de gomitas surtidas. El recorrido se limitó a una serie de 6 paradas para observar por televisores colgados el proceso del producto y una patética patriótica introducción de la formación de la compañía y de como el presidente Regan adoraba darle jelly belly beans a sus invitados más especiales... me la pelan él y sus gomitas, qué nosotros les damos tolondrones o alegrías al rey de España, a la reina de Inglaterra, ni a Evo Morales caray, a él le damos suetercitos tejidos por nuestros queridos y bien explotados indígenas sureños.

Si hay algo que me emputa de este país es su patriotismo, de verdad me enferma ver en cada pinche esquina y tienda de autoservicio su trapo colgado de barras y estrellas, me parecen todos una bola de inbéciles orgullosos de esta tierra, robada.. etc. qué despreciable. Cuándo han visto un perro que haga caca en todas partes y se la vaya a mostrar a su papá perro y su mamá perra y sus canes descendientes, y que les diga, ves esa mierda que está ahí, y allá.. todo eso lo hice yo, y un día serán tuyas. No mames, pues así es US, un perro cagón orgulloso de su desastre.

Y para callarme un poco, gozando del capitalismo que este país exhala hasta por los sobacos, ayer fui a Six Flags y me subí a todos los juegos que pude. La verdad estuvo increíble. Yo en mi vida nomás me había subido al Titán de Selva Mágica, y la Medusa de acá era por lo menos tres veces más alta, larga y atractiva. Estuve a punto de vomitar mis tres humildes quesadillas que desayuné en casa, pero no fue así.

Acá la vida no es más sabrosa, pero sí tremendamente calmada. Ya quiero ver en los periódicos que amanecieron 18 muertos en la barranca y otros 30 en una casa en Chapalita.. que chuy malverde nos ampare!

1 comentario:

  1. Iba a poner un comentario todo suave con respeto a tu entrada pero me distrajo tu anuncio de que no grafitié, óra pos qué. No es grafiti, loco, es arte urbano pa' dejar bien claro quien manda en este territorio, homsssss. Y sí, allá la vida no es más sabrosa pero son güeritos y los pueden contratar de Macaulays Culkins en las películas, digo.

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No grafitiar. Espacio para artistas, en el recuadro nomás, no se salga por favor.