sábado, 11 de junio de 2011

Los dinosaurios se extinguieron por no tener antidepresivos

Habrá alguien en la tierra en cualquiera de sus tiempos y eras, que haya sido realmente feliz. No sé qué pase pero siempre cuando pareces encontrar cierto equilibrio y que la felicidad está al tope, algo sucede. Dios te castiga por ser más feliz de lo debido, de lo política y divinamente correcto.
Para qué entonces esforzarce. NPI, ni puta idea pues. Pero al final vale madre porque te das cuenta de esto, de que la vida es jodida sin importar cuanto hagamos. Estamos destinados a sufrir y a usar curitas melancólicas y mejoralitos para el amor que te ayudan a llevar la fiesta sin tanto reaggeton. A pesar de los pesares hay cosas que valen la pena. Y sí.
No sé qué puede valer la pena para ti, porque para mi... para mi y aunque suene cursi, mi novia vale la pena, y es lo único que quiero hacer, estar con ella.
Los amigos por ciertas razones se van, o se quedan pero se alejan. Desde luego no hay razón para reclamarles porque seguro piensan lo mismo de mi. Alejarse pareciera natural. Como algún animal salvaje que tuvo una gran participación en la manada y que ahora simplemente se separa, cruza un río y se va. También se puede tirar a un barranco, caerse a un pozo, tirarse las hembras que quiera y contagiarse de algo maligno o hasta sobredoparse con alguna sustancia o meterse coca. Pero de estas últimas no me puedo reflejar.
Pausa, mira, me llama mi novia. Razón suficiente para dejar este texto a medias.
Ya vuelvo.
Bueno no contestó cuando le quise marcar. Un punto a favor de Piero Manzoni y su mierda enlatada.
Los dinosaurios desaparecieron porque no tenían antidepresivos, me lo dijo un científico bastante bien certificado. Los otros no están lo bastante bien certificados como para creerles. El caso es que dicen que todo terminó gracias a un pleito de faldas, así es señor, señora, señorita, las dinosaurias también usaban faldas. Dicen que se ocasionó la más grande de las guerras por la impertinencia de un Cuello largo que le echó una miradita a la novia de Rex Lutor, un magnate extravagante de la villa chica. Se creó la gran guerra, la gran mamada y el resto de la historia ya lo conocen, se comieron unos a otros, hasta quedar un sólo dinosaurio, la rex de la faldita sexy. Desde luego pudo salvar a toda su especie, pero no. Estaba demasiado deprimida para hacerlo (ven lo que les decía de los depresivos). Fue entonces que dios le ofreció quitarle una de sus costillas para crear a su adán que le diera bien duro y que procrearan a tantos que se salvara su especie. Ella accedió, más por la motivación de que le dieran bien duro. La supervivencia le valía madres, la verdad. De todos modos seguía deprimida. Pero no. El hijo de puta de Dios engañó a la dinosauria. Primero él se la tiró bien duro, despúes le quitó la costilla y le ordenó, como todo buen macho, a su madre María que se la cocinara a la barbiquiu (no sé como se escriba esa mamada). Como dice la biblia, "y dios vio que era bueno".
Así fue el resto.
La condena de tener que vivir a pesar de las mamadas que a dios se le ocurra mandarnos para su divertimento. Y qué queda, un montón de ñoños, tarados, geeks, emos, gipsters, etcéteras que escriben nomás por darle algún sentido a su absurda melancolía.
Debería hacerle caso a mis padres y trabajar, quizá así no necesite años más tarde esos antidepresivos.
Volveré a marcarle.
Y sigue sin contestar.
Para terminar el numerito elijo en las listas de reproducción de stereomood la categoría Sad. La primera que sale da en el clavo: November, de Azure Ray. Luego, luego viene Radio Head. Y la mierda enlatada sigue en la repisa.

jueves, 21 de abril de 2011

Bitácora de sueños desdeñados








Desdeñar (RAE):
1.
tr. Tratar con desdén a alguien o algo.
2.
prnl. p. us. Tener a menos el hacer o decir algo, juzgándolo por indecoroso.

sábado, 5 de febrero de 2011

Días difíciles

Me tomaré un te de manzanilla hecho por la madre de mi novia. Sentado y con dolor de cabeza me angustio por la falta de ideas en general, como si hubiera una crisis de ideas y de talento. Aunque no creo que sean lo mismo, van de la mano casi siempre.
Pausa para recibir mi té. Una y media de azúcar y unos cuantos sopliditos para ver si se enfría una leve.
Bueno, nada de creatividad pues, ni para fotografiar, escribir, y mucho menos diseñar. Crisis de excesiva chafés.
No hay recetas para mejorar esto, sólo seguir trabajando hasta que salgan las cosas, pero ahora ni los ánimos de volver al papel, a la cámara o a lo que sea.
Este té es lo mejor que he tenido hoy. También Sur le fil de Yann Tiersen. Así es mi día hoy.
La ciudad ya no está como para andar caminándola por ahí y ver qué se te ocurre. Es difícil recorrerla, transitarla, los espacios cambian y tengo una nostalgia de algo que ni siquiera alcancé a vivir.
Hoy fui al médico, y si no fuera porque llevo muchos años yendo con él, así como toda mi familia, no podría confiar en que me curaría. Y quien iba a confiar cuando en su consultorio hay toda clase de recuerditos de las chivas y hasta posters ortografiados del bofo Bautista y más aun, para no estar fuera de las últimas tendencias, imágenes del chicharito Hernández. Pero confiaré en que me aliviaré. Ya que.
Además receta homeopatía y herbolaria, y una de las últimas columnas de Martín Bonfil Olivera me hace dudar aún más de estos métodos y prácticas de curación. Pero creo que este doc sí es profesional y serio.
El té, aunque caliente, es lo mejor que tengo ahorita. Todo estaría mejor con un caluroso beso de mi novia. A lo mejor así vuelven a llegar las ideas.
No llegan.
Ya no quiero seguir escribiendo. Quizá después se me ocurra algo bueno.
Mejor dejaré esta foto que tomé hace mucho y que refleja algo de cómo me siento hoy.