sábado, 5 de febrero de 2011

Días difíciles

Me tomaré un te de manzanilla hecho por la madre de mi novia. Sentado y con dolor de cabeza me angustio por la falta de ideas en general, como si hubiera una crisis de ideas y de talento. Aunque no creo que sean lo mismo, van de la mano casi siempre.
Pausa para recibir mi té. Una y media de azúcar y unos cuantos sopliditos para ver si se enfría una leve.
Bueno, nada de creatividad pues, ni para fotografiar, escribir, y mucho menos diseñar. Crisis de excesiva chafés.
No hay recetas para mejorar esto, sólo seguir trabajando hasta que salgan las cosas, pero ahora ni los ánimos de volver al papel, a la cámara o a lo que sea.
Este té es lo mejor que he tenido hoy. También Sur le fil de Yann Tiersen. Así es mi día hoy.
La ciudad ya no está como para andar caminándola por ahí y ver qué se te ocurre. Es difícil recorrerla, transitarla, los espacios cambian y tengo una nostalgia de algo que ni siquiera alcancé a vivir.
Hoy fui al médico, y si no fuera porque llevo muchos años yendo con él, así como toda mi familia, no podría confiar en que me curaría. Y quien iba a confiar cuando en su consultorio hay toda clase de recuerditos de las chivas y hasta posters ortografiados del bofo Bautista y más aun, para no estar fuera de las últimas tendencias, imágenes del chicharito Hernández. Pero confiaré en que me aliviaré. Ya que.
Además receta homeopatía y herbolaria, y una de las últimas columnas de Martín Bonfil Olivera me hace dudar aún más de estos métodos y prácticas de curación. Pero creo que este doc sí es profesional y serio.
El té, aunque caliente, es lo mejor que tengo ahorita. Todo estaría mejor con un caluroso beso de mi novia. A lo mejor así vuelven a llegar las ideas.
No llegan.
Ya no quiero seguir escribiendo. Quizá después se me ocurra algo bueno.
Mejor dejaré esta foto que tomé hace mucho y que refleja algo de cómo me siento hoy.


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